martes, 30 de junio de 2009

Los mensajes aquí y ahora.

En cualquier comunicación, en el aquí y ahora, siempre hay dos aspectos elementales que hemos de tener en cuenta:

a) El 7 % del mensaje es verbal. El contenido (vocabulario, utilización del lenguaje, contendio y planificiación del mensaje) . Esta es la parte racional del mensaje.

b) El 93 % del mensaje es no verbal. Es por la relación con el entorno, es el metamensaje (pronunciación, volumen, tono de voz, gestos, movimientos corporales, expresión facial, mirada, postura, vestimenta, accesorios, respiración, perfumes, aseo, peinado, figura, etc). Esta es la parte emocional, la que afecta directamente a los sentimientos, y no es verbal, es una forma de comunicación indirecta


Y lo más importante:
NO ES POSIBLE LA NO COMUNICACION

Arquetipos amatorios ¿Qué tipo de amante eres?

Actualmente varios autores en el terreno de la psicología social distinguen seis formas arquetípicas de comportamiento amoroso:
Ludus (el amor como juego): El amante en que predomina el arquetipo Ludus evita el compromiso y aunque no pretenda daño alguno para sus parejas, puede infligirselo por la diferencia de expectativas sobre la relación.
Storge (el amor compañero): El amante en que predomina el arquetipo Storge valora el amor como una forma evolucionada de la amistad y encuentra importante que su pareja presente una afinidad de gustos, intereses y nivel de compromiso.
Eros: El amante en que predomina el arquetipo Eros siente el amor de forma físiológica y apasionada, valorando el aspecto físico de sus amantes.
Ágape: El amante en que predomina el arquetipo valora los intereses y emociones de la persona amada por encima de sus propios intereses.
Manía: El amante en que predomina el arquetipo Manía siente el amor de forma intensa y posesiva, llegando en casos a lo obsesivo. Este arquetipo amoroso se corresponde con el concepto occidental de romaticismo y como tal es ensalzado en la literatura romántica así como en las diversas manifestaciones de cultura popular
Pragma: El amante en que predomina el arquetipo Pragma tiene claras sus expectativas ante una relación y espera, de forma práctica, que estas se vean satisfechas.

lunes, 29 de junio de 2009

El enamoramiento y "La perfecta casada"

Leyendo y leyendo por internet, me encontré dos textos, cuando menos llamativos, cada uno en su estilo.

Uno me llama la atención, por lo que condicionó o intuyo que pudo condicionar, la mentalidad de lo que es un matrimonio en este país y el otro, por la sencillez con la que se nos llama la atención, sobre el mal uso del lenguaje y la precisión terminológica que realiza D. Julian Marías, de un concepto poco frecuente pero de uso cotidiano en el lenguaje; me refiero al enamoramiento.

Empiezo con un clásico. Traigo un estracto del capítulo IV de "La perfecta casada" de Fray Luis de Leon.

.Aqui va el estracto: " ... ejemplo que Sant Basilio trae, y lo que acerca dél dice: «La víbora, dice, animal ferocísimo entre las sierpes, va diligente a casarse con la lamprea marina; llegada, silba, como dando señas de que está allí, para desta manera atraerla de la mar a que se abrace maridablemente con ella. Obedece la lamprea, y júntase con la ponzoñosa fiera sin miedo. ¿Qué digo en esto? ¿Qué? Que por más áspero y de más fieras condiciones que el marido sea, es necesario que la mujer le soporte, y que no consienta por ninguna ocasión que se divida la paz. ¡Oh, que es un verdugo! ¡Pero es tu marido! ¡Es un beodo! Pero el ñudo matrimonial le hizo contigo uno. ¡Un áspero, un desapacible! Pero miembro tuyo ya, y miembro el más principal. Y, porque el marido oiga lo que le conviene también: la víbora entonces, teniendo respecto al ayuntamiento que hace, aparta de sí su ponzoña, ¿y tú no dejarás la crudeza inhumana de tu natural, por honra del matrimonio?».
Esto es de Basilio. Y demás desto, decir Salomón que la buena casada paga bien, y no mal, a su marido, es avisarle a él que, pues ha de ser paga, lo merezca él primero, tratándola honrada y amorosamente; porque, aunque es verdad que la naturaleza y estado pone obligación en la casa, como decimos, de mirar por su casa y de alegrar y de cuidar continuamente a su marido, de la cual ninguna mala condición dél la desobliga; pero no por eso han de pensar ellos que tienen licencia para serles leones y para hacerlas esclavas; antes, como en todo lo demás es la cabeza el hombre, así todo este trato amoroso y honroso ha de tener principio del marido; porque ha de entender que es compañera suya, o, por mejor decir, parte de su cuerpo, y parte flaca y tierna, y a quien por el mismo caso se debe particular cuidado y regalo. Y esto Sant Pablo, o en Sant Pablo Iesucristo, lo manda así, y usa mandándolo de aquesta misma razón, diciendo: «Vosotros los maridos, amad a vuestras mujeres y, como a vaso más flaco, poned más parte de vuestro cuidado en honrarlas y tratarlas bien». (1 Cor, 13.) ... Que, si el que tiene más seso y corazón más esforzado, y sabe condescender en unas cosas y llevar con paciencia algunas otras, en todo, con razón, y sin ella, quiere ser impaciente y furioso, ¿qué maravilla es que la flaqueza y el poco saber y el menudo ánimo de la mujer dé en ser desgraciado y penoso? "

Por otra parte, me sorprendió gratamente una conferencia dictada en 1999 por D. Julián Marías, que versa sobre el enamoramiento en la literatura. De ella extraigo los siguientes fragmentos:
"...el enamoramiento: una situación que no consiste en que una persona se proyecte amorosamente hacia otra, sino que esta segunda persona se convierte en proyecto. Esta es la diferencia."
" ... amar se puede amar a muchas personas, sucesivamente y incluso, en cierta medida, simultáneamente. Pero, en cambio, el enamoramiento es único o, en todo caso, en número limitadísimo: una persona se puede enamorar una vez, tal vez dos veces, acaso tres veces – por tanto es un fenómeno poco frecuente. Se podría decir incluso especial porque requiere condiciones particulares en las dos personas."
"Recuerdo que Ortega insistía mucho en la idea de la infrecuencia del enamoramiento, en sentido estricto, y decía: “no todo el mundo es capaz de enamoramiento y no de cualquiera se enamora el capaz”. Por tanto es un fenómeno minoritario. Mientras el amor, en principio, es un fenómeno frecuente, corriente –es poco probable que las personas no amen, más o menos, con mayor o menor intensidad, con mayor o menor frecuencia–, en cambio el enamoramiento es decididamente infrecuente. "
"En el caso del enamoramiento en sentido estricto, las personas, cuando se enamoran, experimentan algo que es una transformación, es decir, el enamorado, el que está enamorado, es otro que el que era antes – esto es claro. Su realidad ha quedado afectada por esta ilusión frecuentemente súbita de la situación de enamoramiento. El hecho de que una persona que, en principio le era ajena –era una persona a la cual a lo sumo se refería amorosamente, se proyectaba hacia ella– se convierte en un ingrediente de su propia realidad. Quiero decir con esto que si se pudiera hacer una radiografía personal de alguien, se descubriría en su realidad misma, en su interioridad, la otra persona, aquella que es objeto del enamoramiento, aquella de la cual está enamorado."
"... Yo creo que hay varias causas que explican este fenómeno. Por una parte, el uso de la lengua. La mayor parte de la gente cuando siente algo que tiene que ver con el amor, propenderá a decir que está enamorado, o que se está enamorando, o que se ha enamorado – empleando la palabra con poca precisión, con poco rigor, sin tomarla plenamente en serio. Pero es el nombre usual, el nombre coloquial, de toda esa gama de fenómenos psíquicos, personales que llamamos amor en general. Entonces esto hace que se entienda como enamoramiento, situaciones en las cuales una persona dice: “estoy enamorado”, “me he enamorado varias veces” – son las expresiones que se usan en el uso normal de la lengua – aunque no se quiera decir estrictamente enamoramiento."
Otro día hablaremos de la media naranja o de la naranja completa ¿o ya hemos hablado?.

viernes, 26 de junio de 2009

Una triste desazón

Por mucho optimismo que queramos exalar
por mucho cristal de color de rosa que podamos templar
por mucho que queramos, aqui y ahora estar
La realidad es aplastante, y aplasta con su verdad

Princesas podemos ser
en sueños de colores
Ser felices sin comer perdices
es un deseo, es soñar, es querer.

La vida es ahora, simplemente lo que es
a veces lejos del sueño, del ahenlo, del deseo.
En su lento pasar, la vida va pasando
Y mientras pasa, los sueños se van marchitando.

Una y otra vez viene, invade y se instala la desazón
desplazada la esperanza en el destrozado corazón
se va apagando la llama de la vana ilusión
No sé si queda algo más allá de la mera desazón.