viernes, 26 de junio de 2009

Una triste desazón

Por mucho optimismo que queramos exalar
por mucho cristal de color de rosa que podamos templar
por mucho que queramos, aqui y ahora estar
La realidad es aplastante, y aplasta con su verdad

Princesas podemos ser
en sueños de colores
Ser felices sin comer perdices
es un deseo, es soñar, es querer.

La vida es ahora, simplemente lo que es
a veces lejos del sueño, del ahenlo, del deseo.
En su lento pasar, la vida va pasando
Y mientras pasa, los sueños se van marchitando.

Una y otra vez viene, invade y se instala la desazón
desplazada la esperanza en el destrozado corazón
se va apagando la llama de la vana ilusión
No sé si queda algo más allá de la mera desazón.

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