sábado, 28 de noviembre de 2009

viernes, 10 de julio de 2009

Cuando dos se convierten en uno.

Hoy volví a ver el Capitulo 3 de la temporada 3 de Bones.

El dialogo de Booth y Brennen, se me antoja como un buen resumen de la vida.


Booth: Here we are, all of us. Basically alone, seperate creatures, just circling eachother. All searching for the slightest hint of a real connection. Some look in the wrong places, some they just give up hope because in their mind they're thinking "Oh, there's nobody out there for me." But all of us, we keep trying over and over again. Why? Because every once in awhile, every once in awhile, two people meet and there's that spark. And yes, Bones, he's handsome, and she's beautiful, and maybe that's all they see at first. But making love... making love... that's when two people become one.

Bones: It is scientifically impossible for two objects to occupy the same space.

Booth: Yeah, but what's important is we try. And when we do it right, we get close.

Bones: To what? Breaking the laws of physics?

Booth: Yeah, Bones - a miracle.



Mi traducción:


Booth: Aquí estamos, todos nosotros. Básicamente solos, criaturas separadas, moviendonos en círculos. Todos buscando el menor indicio de una conexión real. Algunos mirando en lugares equivocados, otros simplemente renunciando a la esperanza, porque en sus mentes están pensando "¡Oh, no hay nadie ahí fuera para mí." Pero todos nosotros, lo seguimos intentado una y otra vez. ¿Por qué? Porque de vez en cuando, de vez en cuando, dos personas se encuentran y salta la chispa. Y sí, huesos, él es guapo, y ella es hermosa, y tal vez eso es todo lo que ven en primer lugar. Pero hacer el amor ... hacer el amor ... es que dos personas se convierten en uno.

Huesos: Es científicamente imposible que dos objetos puedan ocupar el mismo espacio.

Booth: Sí, pero lo importante es que lo tratamos de hacer. Y cuando lo hacemos bien, nos unimos.

Huesos: ¿En qué? Rompiendo las leyes de la física?

Booth: Sí, Huesos - un milagro

¿Es posible una vida sin dolor ni sufrimiento?

Hoy comparto este fragmento que se me antoja útil para vivir cada día, estando plenamente en el aquí y ahora y paliar de la mejor forma posible el sufrimiento que nos rodea.

"La vida, siempre llena de dolor, es más dolorosa en nuestro tiempo que en las dos centurias precedentes. El intento de escapar al sufrimiento conduce al hombre a la trivialidad, al engaño a sí mismo, a la invención de grandes mitos colectivos. Pero esos alivios momentáneos no hacen a la larga sino incrementar las fuentes de sufrimiento. Tanto la desgracia privada como la pública sólo pueden ser dominadas en un proceso en que la voluntad y la inteligencia se interactúen: el papel de la voluntad consiste en negarse a eludir el mal o a aceptar una solución irreal, mientras que el papel de la inteligencia consiste en comprenderlo, hallar un remedio, si es remediable, y, si no, hacerlo soportable viéndolo en sus relaciones, aceptándolo como inevitable y recordando lo que queda fuera de él en otras regiones, en otras edades, y en los abismos del espacio interestelar."
Beltrand Russell ( " Conocimiento inútil ")

martes, 30 de junio de 2009

Los mensajes aquí y ahora.

En cualquier comunicación, en el aquí y ahora, siempre hay dos aspectos elementales que hemos de tener en cuenta:

a) El 7 % del mensaje es verbal. El contenido (vocabulario, utilización del lenguaje, contendio y planificiación del mensaje) . Esta es la parte racional del mensaje.

b) El 93 % del mensaje es no verbal. Es por la relación con el entorno, es el metamensaje (pronunciación, volumen, tono de voz, gestos, movimientos corporales, expresión facial, mirada, postura, vestimenta, accesorios, respiración, perfumes, aseo, peinado, figura, etc). Esta es la parte emocional, la que afecta directamente a los sentimientos, y no es verbal, es una forma de comunicación indirecta


Y lo más importante:
NO ES POSIBLE LA NO COMUNICACION

Arquetipos amatorios ¿Qué tipo de amante eres?

Actualmente varios autores en el terreno de la psicología social distinguen seis formas arquetípicas de comportamiento amoroso:
Ludus (el amor como juego): El amante en que predomina el arquetipo Ludus evita el compromiso y aunque no pretenda daño alguno para sus parejas, puede infligirselo por la diferencia de expectativas sobre la relación.
Storge (el amor compañero): El amante en que predomina el arquetipo Storge valora el amor como una forma evolucionada de la amistad y encuentra importante que su pareja presente una afinidad de gustos, intereses y nivel de compromiso.
Eros: El amante en que predomina el arquetipo Eros siente el amor de forma físiológica y apasionada, valorando el aspecto físico de sus amantes.
Ágape: El amante en que predomina el arquetipo valora los intereses y emociones de la persona amada por encima de sus propios intereses.
Manía: El amante en que predomina el arquetipo Manía siente el amor de forma intensa y posesiva, llegando en casos a lo obsesivo. Este arquetipo amoroso se corresponde con el concepto occidental de romaticismo y como tal es ensalzado en la literatura romántica así como en las diversas manifestaciones de cultura popular
Pragma: El amante en que predomina el arquetipo Pragma tiene claras sus expectativas ante una relación y espera, de forma práctica, que estas se vean satisfechas.

lunes, 29 de junio de 2009

El enamoramiento y "La perfecta casada"

Leyendo y leyendo por internet, me encontré dos textos, cuando menos llamativos, cada uno en su estilo.

Uno me llama la atención, por lo que condicionó o intuyo que pudo condicionar, la mentalidad de lo que es un matrimonio en este país y el otro, por la sencillez con la que se nos llama la atención, sobre el mal uso del lenguaje y la precisión terminológica que realiza D. Julian Marías, de un concepto poco frecuente pero de uso cotidiano en el lenguaje; me refiero al enamoramiento.

Empiezo con un clásico. Traigo un estracto del capítulo IV de "La perfecta casada" de Fray Luis de Leon.

.Aqui va el estracto: " ... ejemplo que Sant Basilio trae, y lo que acerca dél dice: «La víbora, dice, animal ferocísimo entre las sierpes, va diligente a casarse con la lamprea marina; llegada, silba, como dando señas de que está allí, para desta manera atraerla de la mar a que se abrace maridablemente con ella. Obedece la lamprea, y júntase con la ponzoñosa fiera sin miedo. ¿Qué digo en esto? ¿Qué? Que por más áspero y de más fieras condiciones que el marido sea, es necesario que la mujer le soporte, y que no consienta por ninguna ocasión que se divida la paz. ¡Oh, que es un verdugo! ¡Pero es tu marido! ¡Es un beodo! Pero el ñudo matrimonial le hizo contigo uno. ¡Un áspero, un desapacible! Pero miembro tuyo ya, y miembro el más principal. Y, porque el marido oiga lo que le conviene también: la víbora entonces, teniendo respecto al ayuntamiento que hace, aparta de sí su ponzoña, ¿y tú no dejarás la crudeza inhumana de tu natural, por honra del matrimonio?».
Esto es de Basilio. Y demás desto, decir Salomón que la buena casada paga bien, y no mal, a su marido, es avisarle a él que, pues ha de ser paga, lo merezca él primero, tratándola honrada y amorosamente; porque, aunque es verdad que la naturaleza y estado pone obligación en la casa, como decimos, de mirar por su casa y de alegrar y de cuidar continuamente a su marido, de la cual ninguna mala condición dél la desobliga; pero no por eso han de pensar ellos que tienen licencia para serles leones y para hacerlas esclavas; antes, como en todo lo demás es la cabeza el hombre, así todo este trato amoroso y honroso ha de tener principio del marido; porque ha de entender que es compañera suya, o, por mejor decir, parte de su cuerpo, y parte flaca y tierna, y a quien por el mismo caso se debe particular cuidado y regalo. Y esto Sant Pablo, o en Sant Pablo Iesucristo, lo manda así, y usa mandándolo de aquesta misma razón, diciendo: «Vosotros los maridos, amad a vuestras mujeres y, como a vaso más flaco, poned más parte de vuestro cuidado en honrarlas y tratarlas bien». (1 Cor, 13.) ... Que, si el que tiene más seso y corazón más esforzado, y sabe condescender en unas cosas y llevar con paciencia algunas otras, en todo, con razón, y sin ella, quiere ser impaciente y furioso, ¿qué maravilla es que la flaqueza y el poco saber y el menudo ánimo de la mujer dé en ser desgraciado y penoso? "

Por otra parte, me sorprendió gratamente una conferencia dictada en 1999 por D. Julián Marías, que versa sobre el enamoramiento en la literatura. De ella extraigo los siguientes fragmentos:
"...el enamoramiento: una situación que no consiste en que una persona se proyecte amorosamente hacia otra, sino que esta segunda persona se convierte en proyecto. Esta es la diferencia."
" ... amar se puede amar a muchas personas, sucesivamente y incluso, en cierta medida, simultáneamente. Pero, en cambio, el enamoramiento es único o, en todo caso, en número limitadísimo: una persona se puede enamorar una vez, tal vez dos veces, acaso tres veces – por tanto es un fenómeno poco frecuente. Se podría decir incluso especial porque requiere condiciones particulares en las dos personas."
"Recuerdo que Ortega insistía mucho en la idea de la infrecuencia del enamoramiento, en sentido estricto, y decía: “no todo el mundo es capaz de enamoramiento y no de cualquiera se enamora el capaz”. Por tanto es un fenómeno minoritario. Mientras el amor, en principio, es un fenómeno frecuente, corriente –es poco probable que las personas no amen, más o menos, con mayor o menor intensidad, con mayor o menor frecuencia–, en cambio el enamoramiento es decididamente infrecuente. "
"En el caso del enamoramiento en sentido estricto, las personas, cuando se enamoran, experimentan algo que es una transformación, es decir, el enamorado, el que está enamorado, es otro que el que era antes – esto es claro. Su realidad ha quedado afectada por esta ilusión frecuentemente súbita de la situación de enamoramiento. El hecho de que una persona que, en principio le era ajena –era una persona a la cual a lo sumo se refería amorosamente, se proyectaba hacia ella– se convierte en un ingrediente de su propia realidad. Quiero decir con esto que si se pudiera hacer una radiografía personal de alguien, se descubriría en su realidad misma, en su interioridad, la otra persona, aquella que es objeto del enamoramiento, aquella de la cual está enamorado."
"... Yo creo que hay varias causas que explican este fenómeno. Por una parte, el uso de la lengua. La mayor parte de la gente cuando siente algo que tiene que ver con el amor, propenderá a decir que está enamorado, o que se está enamorando, o que se ha enamorado – empleando la palabra con poca precisión, con poco rigor, sin tomarla plenamente en serio. Pero es el nombre usual, el nombre coloquial, de toda esa gama de fenómenos psíquicos, personales que llamamos amor en general. Entonces esto hace que se entienda como enamoramiento, situaciones en las cuales una persona dice: “estoy enamorado”, “me he enamorado varias veces” – son las expresiones que se usan en el uso normal de la lengua – aunque no se quiera decir estrictamente enamoramiento."
Otro día hablaremos de la media naranja o de la naranja completa ¿o ya hemos hablado?.

viernes, 26 de junio de 2009

Una triste desazón

Por mucho optimismo que queramos exalar
por mucho cristal de color de rosa que podamos templar
por mucho que queramos, aqui y ahora estar
La realidad es aplastante, y aplasta con su verdad

Princesas podemos ser
en sueños de colores
Ser felices sin comer perdices
es un deseo, es soñar, es querer.

La vida es ahora, simplemente lo que es
a veces lejos del sueño, del ahenlo, del deseo.
En su lento pasar, la vida va pasando
Y mientras pasa, los sueños se van marchitando.

Una y otra vez viene, invade y se instala la desazón
desplazada la esperanza en el destrozado corazón
se va apagando la llama de la vana ilusión
No sé si queda algo más allá de la mera desazón.

martes, 26 de mayo de 2009

Diógenes, ni tanto, ni tan poco.

Todos oimos hablar del síndrome de Diógenes, consistente en acumular y acumular. Vaya ironía, el tal Diógenes era Diógenes de Sínope, conocido también como Diógenes el Cínico, filósofo griego que vivió por el siglo IV a.C. practicando la más absoluta privación. Hoy en día diríamos que es un indigente y en nosotros provocariá más perturbación que admiración.

En efecto, Diógenes vivió como un vagabundo, convirtiendo la pobreza extrema en una virtud, en eso no hay gran diferencia con hoy en día, en la que cualquier actidud pretende tornarse como ejemplo de virtud, basta con leer cualquier titular de cualquier publicación diaria o semanal.


Diógenes practicaba con el ejemplo, leí que su casa era una tinaja, y sus pertenencias un manto, un zurrón y un báculo. Vivía sin nada más. Cabría preguntarse si fue feliz.

Para Diógenes la ciencia, los honores y las riquezas son falsos bienes que hay que despreciar, el sabio debe tender a liberarse de sus deseos y reducir sus necesidades, ¡qué ironía del destino!, pregonaba precisamente todo lo contrario del síndrome que lleva su nombre.

Acumular y acumular, quizá no sea el camino a la felicidad. Liberarse de la carga pesada de los deseos, las aspiraciones, el acopio de bienes, del consumismo exacerbado, de tener más y más, más allá de lo razonable, quizá podría contribuir a la anhelada felicidad.

Aclarémonos, ni tanto, ni tan poco como Diógenes, sólo lo justo.


Convendría delimitar que es lo justo y necesario para poder vivir, y precisamente ahí chocamos con un muro, porque las necesidades materiales, físiológicas, sentimentales, sociales, por citar algunas, existen y no se crean, simplemente son diferentes para cada ser humano.


Por tanto, si la necesidad lleva aparejado el deseo y el deseo sirve para satisfacer la necesidad en cuestión, la privación que ensalzaba Diógenes poco puede hacer para lograr la virtud y por ende, lograr la felicidad.

jueves, 21 de mayo de 2009

Palabras, palabras, palabras...


Hay frases hermosas
como hermosa es una tarde anochecida
otras como las de Mendelssohn,
son apasionadas y variadas,
cual sueño de una noche de verano
o romanzas sin palabras.
Hay palabras dulces y amorosas,
otras son algo embusterillas,
mentiras piadosas,
creidas antes de ser nacidas,
gustan mucho ser oidas,
calman el alma, aplanan la realidad.
Palabras con compasión,
evitan la desilusión,
tomadas por fe como verdad,
creidas por fe para vivir sin cavilar
en estructurada existencia,
desvestida y desvalida.
Palabras que un cataclismo
las desnuda y torna vacías,
ya nada tiene cabida.
La tarde se transforma en noche
y los sueños en angustiada pesadilla.

lunes, 18 de mayo de 2009

Las palabras son aire y van al aire

En realidad la frase fámosa es la de Bécquer y me he permitido hacer una breve transformación. Los suspiros son aire, las palabras aire son ... no en vano ya un adagio latino rezaba "Verba Volant, scripta manent", que nos indica que las palabras se las lleva el viento, y añade que lo escrito permanece... de ahí que en esta nuestra cultura mercantilista, todo se conserva en documentos, contratos y demás escritos formales y la palabra ata a través del compromiso.
Me vienen a la mente unas imagenes de los monos sabios, en concreto unas que han sido esculpidas en madera e incorporadas en un edificio peculiar (que se muestra en la fotografía).



Lo más curioso de este edificio, a mi juicio, es que alberga en su interior a un caballo blanco sagrado, en el santuario de Toshogu, en la ciudad de Nikko (Japón).
Y lo más llamativo son los tres monos sabios, los Sansaru (san significa tres, y saru significa mono), pueden verse en el friso, en el segundo marco, comenzando por la izquierda, si se mira de frente la construcción.


Podemos ver al primer mono (saru) que se tapa los oídos, Kikazaru (significa "no oye"), el segundo se tapa la boca, Iwazaru (significa "no dice"), y el tercero se tapa los ojos, Mizaru (significa "no ve"). Existen varias interpretaciones, quiza la más conocida de este símbolo es "No escuches ningun mal, no digas ningun mal, no veas ningun mal". Otra versión alude a la virtud de la discreción: "No digas todo lo que sepas, no mires lo que no debas, no creas todo lo que te dicen". Por extensión también alude al pacto de silencio. O incluso, ver, oir y callar.

A veces, lo más cómodo es oir selectivamente pasando por alto sin interiorizar lo que realmente no queremos saber, sobre todo, cuando las palabras difieren de lo que los sentidos comprenden. Las palabras zalameras embriagan los sentidos, y hacen olvidar lo que sabemos con certeza; realmente no oir es una postura cómoda para vivir en el ahora.

¡Qué cómodo es ver, sólo ver lo que se quiere ver! y así seguir viviendo, omitiendo información relevante que llevaría a tomar decisiones no deseadas .

En estos momentos en los que todo el mundo dice que el que calla otorga, ¡qué difícil es mantener la lengua quietecita y no arrojar las palabras al viento, que pueden venir de regreso y hacer más daño que al lanzarlas!. Es complicado no hablar y con ello evitar daños. A veces ni contando hasta diez hallamos la calma suficiente para decir serenamente lo que deseamos expresar.

No siempre se de debe hablar, a veces es mejor callar. Es bueno recordar que aunque el viento se lleva las palabras, algunas veces se clavan en el alma y el corazón del que escucha y no se puede recuperar, el daño es irreversible.

Los sentimientos son los más juguetones y pueden llevar a ver, oir o decir, lo que resulta oportuno, apropiado aunque carezce de rigor y de valor. Creerse las mentiras, propias o ajenas, es de lo más cómodo para vivir el día a día, para mantener la esperanza, la ilusión y la sensación de bienestar.

La discreción y el no mostrar los sentimientos es una gran virtud, al menos los japoneses, se libran de exponer sus puntos débiles. La lástima, es que tampoco expresan su amor, ni en su vocabulario cotidiano existen expresiones para expresar su amor de pareja como corazoncito, cariñito, cuch-cuchi o amor mío, por poner algunos ejemplos. ¿Acaso los japoneses carecen de amor? o podríamos pensar que con usar estas hermosas y dulces palabras, ya estamos expresando y dando por supuesto y bien asentado el amor hacia la otra persona. Me pregunto ¿dónde está la verdad de los sentimientos?; ¿estarán en las palabras o en los hechos, o en ambos?
Realmente ¿dónde está el punto justo?, hasta dónde debemos dar credibililidad a esta enseñanza de tradición budista. Yo sigo pensando que es mejor callar, que entrar a saco en discusiones vanas, estériles, infructuosas y sin razón que no llevan a ninguna parte salvo al propio, o incluso ajeno, malestar.

sábado, 9 de mayo de 2009

Aquí y ahora




El ayer ya pasó, el mañana no llegó.
¿Qué tenemos?
Sólo lo que vivimos en el aquí y ahora, en el hoy, en este momento y no en otro.
Estar con la mente por la estratosfera, eso no es vivir.
Añorar el pasado que no volverá, eso no es vivir.
Soñar con un futuro sin hacer nada por convertirlo en realidad, es perder el tiempo inexorablemente.
No hay más remedio que centrarnos en lo que estamos haciendo con nuestras vidas, con cada instante vital que estamos viviendo y preguntarnos ¿nos conducen al destino deseado?
Los sueños, decía Calderón, sueños son, para que se conviertan en realidad, trabajemos en hacerlos reales.
La vida es lo que sucede, mientras nos olvidamos de vivir, por extraviarnos en nuestro propio mundo de ilusiones, de pensamientos, de deseos, de quejas, de pesares, de tristezas, de depresiones, de aislamiento, de tantos sinsabores.
Vivir aquí y ahora es querernos, es amarnos. La mente nos lleva a pensar en el amor de los demás, en sentirnos amados ¿y qué hay del amor a nosotros mismos?
La religión nos dice: ama a tu projimo como a ti mismo, ¡mal andamos!; la mayoría de las personas nos hemos olvidado del cómo querernos, nos olvidamos de vivir, escudándonos en que ahora tenemos que trabajar, ocuparnos en los hijos, en los padres, en lo que sea ¿y cuándo nos toca a nosotros?
Ahora es el momento, nunca tendremos otro mejor para amarnos y ser felices y sobre todo para pensar en nosotros.
Es tan penoso ver la infelicidad en el rostro de miles de personas que deambulan con prisa por las calles, sumergidas en su propio mundo, sin ver lo que les rodea.
¿Cúando fue la última vez que te fijaste en el árbol que está a tu lado, en el canto de un pajarito, o en el color azul intenso del cielo? . Pasamos por la vida, sin vivir, sin apreciar la belleza de lo que nos rodea, sin disfrutar el instante tan maravilloso de paladear una deliciosa comida, saborear una bebida, o incluso, ¿cuánto hace que no nos detenemos un momento para sentirnos en paz con nosotros mismos?
Tenemos prisa por olvidar y nos olvidamos de vivir. Yo la primera.
Quiero vivir, quiero sentir, quiero disfrutar del aquí y el ahora, mientras pueda, mientras la energía vital me lo permita, mientras aún sea posible sentir la llama del amor, aquí y ahora, porque no sé que me deparará el mañana, sólo sé lo que ahora tengo, aunque sea poco, es lo que hay.
Quizá como Adan y Eva, estemos viviendo en el paraíso, y tan sólo seremos concientes de lo que perdemos, cuando nos arrojen a una realidad peor o porque no, un futuro mejor es posible; aún así, recordemos el refrán, que nos viene a decir algo así como que no dejes para mañana, lo que puedas vivir hoy.